No hace mucho que en nuestro blog os recomendamos una serie de vinos, los cuales no debéis dejar de probar en vuestra visita a nuestro restaurante. Pero en esta ocasión os vamos a hacer referencia a los vinos rosados que podéis encontrar en nuestra carta.
Actualmente, los vinos rosados están de moda y su consumo va en aumento cada año.
Y aunque se trata de un vino estacional que las bodegas lanzan más bien en la estación primaveral, es un vino que cada vez tiene mayor presencia en las mesas.
Comenzamos con un vino de la tierra como el vino rosado Murón Rosado de Bodegas Severino 
Sanz. Un vino variedad tempranillo 100%, y con denominación de origen Ribera del Duero.
Es un vino fresco que presenta un color rosa fresa, vivo y brillante con abundante lágrima. Tiene un carácter afrutado y limpio con notas de frutos del bosque y flores.
Un vino que se presenta agradable y equilibrado en boca, con una acidez que le da persistencia al paso de boca, untuoso y glicérico.
Otro gran vino rosado es Alvides Rosado, un vino con Denominación de Origen Ribera del Duero. Un vino de Bodegas Alvides Casado, y cuya elaboración se realiza a partir de sangrado de vino tinto que le da ese característico tono rosa limpio.
Es un vino que resulta delicioso, con un olor intenso y con notas de fresa, pétalos de rosa y frutos rojos.
Su sabor fresco y dulce se marca de una forma intensa y larga en boca.
El vino rosado Malvanegra de Bodegas Farrán Diez es otro de los rosados que puedes encontrar en nuestra carta de vinos. Con denominación de origen Cigales, es un vino varietal elaborado con uvas seleccionadas de la variedad tempranillo 100%.
Es un vino de color rosa fresa de tonalidades suaves pero de gran intensidad, suavide y untuoso.
Con aroma afrutado que inunda nuestro olfato con sensaciones de frescor, a través en primer lugar de la exuberancia de la fresa madura, seguida de la sutileza de los frutillos silvestres sobretodo mora y toques de fruta tropical con tenues matices florales.
Es un vino fresco pero suave, envolvente y muy untuoso, largo y persistente con toques dulzones y carnosos, resurgiendo por la vía retronasal la fruta, con mayor incidencia de la fresa.
Un vino persistente y con personalidad, con estilo propio pero principalmente rico, fresco y vivaz, fácil de tomar y lleno de matices y secretos por descubrir.